27 julio 2014

Capitulo 3. El momento correcto


Dicen que las palabras se las lleva el viento y en un intento de conservarlas, de dejar grabado cada una de las cosas que decimos, cada promesa, cada acción, buscamos la forma de mantener vivo ese momento; cartas, fotos, tickets de lugares visitados, la primer flor que dejamos secar, esa camisa con la que te aferrabas al dormir, pero... ¿Esto es correcto? ¿Esto nos hace bien?
Mis repuestas las obtuve hace unos días, ¿Qué cuáles son?
No es correcto para mí. A mí no me hace bien.
"Y sólo me paré en silencio mientras todo se quemaba, no sentía necesidad de llorar, estaba sola, me estaba liberando de todo lo ocurrido, no sentía arrepentimiento; creo que era mi forma de decir “me dejo en libertad”.Muchos lo culpaban de mi montaña rusa emocional, pero no era él, no era lo sucedido, era yo, yo y mi estúpido afán de aferrarme a él, a su calor, a lo que fue y jamás volvería a suceder. Conforme todo se consumía, caía en cuenta de lo fácil que era, de lo bien que se sentía, creía que era el tiempo correcto.
-No te arrepientas- me dije al abrazarme con fuerza, no había mejor muestra de cariño y comprensión que la mía.
Una parte de mí, una gran parte de mí, sabía que el arrepentimiento no estaría en mi futuro, al menos no por esta acción, buscaba un cambio, uno verdadero, y cuando uno hace las cosas desde el corazón, no se arrepiente."
Todo termina en el momento correcto, y en ocasiones no aceptamos ese hecho, creemos (creí) que conservar esos recuerdos, nos hace ser nosotros, no olvidar quienes somos, pero olvidamos que aunque las personas son parte importante de lo que somos, no somos ellos.

Un recuerdo palpable, jamás superará un recuerdo interior, uno intangible, uno que no podemos mostrar a nadie; prefiero ser de las personas que se sienta en el sillón, apaga las luces, baja un poco la música y simplemente recuerda, disfrutando de lo bueno vivido y hasta de lo malo, recordando cada uno de los hechos, hechos reales, donde el amor y odio se unen, dándonos una historia real.

La tarea para esta semana:
Liberémonos de todo aquello que nos ata.

Nos vemos en el próximo post

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Maira Gall