Durante mi adolescencia la comunicación con mi mamá no fue muy buena (era una chamaquita rebelde), dicen que uno pelea con quien más se parece, y ese era nuestro caso, pero de un tiempo para acá comencé a valorar muchas cosas, y me di cuenta que efectivamente "he tenido la madre más mala del mundo", pero sus enseñanzas y regaños (porque es bien regañona), me han hecho ser quien soy, y será el sereno, pero me siento bien orgullosa de mí.
Entonces, no quería dejar pasar este día sin darle un espacio en este blog a mi madre (aunque tengo entendido que no me lee), y agradecerle por convertirme en la mujer que soy, por enseñarme a luchar por lo quiero y ponerme las cosas difíciles; hacerme saber que en esta vida nada es gratis y que si quiero algo yo sola puedo conseguirlo; por hacerme saber (muy a su manera) que me ama con todo su corazón.
Al despertar, fui al cuarto de mi mamá y después de felicitarla, le pregunté:
-Ma, ¿siempre quiso ser mamá?-
-Yo siempre le hecho frente a las desgracias-
Madre, feliz día.♥
P.D. Mi papá se creía John Travolta, por favor no lo juzguen.
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