18 septiembre 2016

The Oldest McDonald's


Hace unas semanas, B me invitó a visitar a su familia en Downey, y como una especie de vacaciones por fin de semestre y en busca de alejarme un poquito de mi tan ajetreada Tijuana, acepté sin pensarlo dos veces, teniendo la oportunidad de conocer McDonald's Museum.

Al llegar a casa de la familia de B, lo primero que dijo su tía fue, "Llévala a conocer el McDonald's Museum", para mí fue como si ella hablara en alguna lengua extraña, para B tuvo bastante sentido y sólo dijo "Sí", pero de esa forma en la que suele decir sí cuando en realidad quiere decir "Lo pensaré, bueno, no lo pensaré, porque no tengo ganas" (llevo tanto tiempo conociéndolo, que ya puedo hasta leerle el pensamiento).

El primer día en Downey fue dedicado a andar en subterráneos (una de las cosas más escalofriantes y más interesantes que he vivido), para llegar al estadio de béisbol de los Dodgers (para la gente que no lo sabe, amo el béisbol), y de nuevo, la tía de B dijo "Llévala a conocer el McDonald's Museum", esta vez, B no dijo nada.

Y así concluyó el primer día y parte del segundo, cuando por ahí de la 1:30pm, la mamá de B dijo, "Nos regresamos a Tijuana a las 3, para no llegar tan tarde", y sólo volteé a ver a B y dije grité, "VAMOS A MCDONALD'S MUSEUM", y dejando su libro de Pentesting, y yo el de "Como Agua para Chocolate", nos encaminamos hacia el Museo.

La familia de B vive a 5 cuadras del lugar aproximadamente, pero tomando en cuanto que las cuadras en USA son como 3 cuadras de Tijuana, y que yo soy una persona de pasos cortos, hicimos 30 minutos en llegar al lugar.

Al llegar, se puede notar instantáneamente el viaje en el tiempo a los años 50, teniendo un enorme arco amarillo con tipografía clásica de hace más de 50 años, y una mascota que parece sacada de Le Voyage dans la Lune, disfrazada con trajesito de cocinero (acabo de descubrir que su nombre es Speedee).

Para mantenerte sobre esta nube cincuentera, en el restaurante, compuesto únicamente por la cocina y las cajas, se escuchan canciones de la década, así que mientras pides tu hamburguesa, puedes bailar un twist.


Caminando hacia el segundo establecimiento, el museo, puedes encontrar primeramente mesas (en los años 50 los restaurantes de comida rápida no tenían mesas, por lo tanto las tienen "escondidas"), y dentro de este, unas puertas gigantes de madera que te llevan por la historia de esta franquicia, desde la oficina de Ray Kroc, hasta la mascota oficial de la actualidad (Ronald McDonald).

Como fondo, puedes escuchar la historia del establecimiento con una voz muy del estilo de Cary Grant.

Aunque este McDonalds, ubicado en la esquina de la avenida Florence Lakewood, es en realidad el cuarto restaurante de la cadena (abierto en 1953) y el segundo que se construyó con los arcos dorados, se le suele llamar "The First McDonald's" o "The Oldest McDonald's", por ser el restaurante más antiguo de la cadena aún en funcionamiento.

A mi parecer, el lugar en general, luce muy deteriorado, es notable la falta de pintura y limpieza, pero quitando eso, es bastante fascinante conocer la historia de una franquicia tan grande como lo es McDonald's. Así que si andas cerca de Downey, te sugiero darte una vuelta por este museo.

Nos vemos en el próximo post. 

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